
Cuando la luz jugaba conmigo
1
Noches a la orilla del mar de los perdidos
Sintiendo el viento y el frió atravesar los huesos... hendiendo con su daga huellas imperceptibles de dolor, conjugación perfecta  para estos días.
Hay
Calles desoladas de perros vagabundos, mujeres y hombres sedientos de sexo y aventuras instantáneas, trozos de lluvia, para  una postal de horror. 
Estoy esperándote con los cofres de mi alma llenos de amor. Sin embargo escucho el vacío como una exageración,  apenas descubro mis latidos, porque se que no vendrás a escribir esta noche la historia, ni una letra, ni un nuevo capítulo, más que en mi absurda imaginación... Como un demente quedo tendido, más que eso, mi cuerpo camina, pero mi alma, la esencia desmembrada a la intemperie de  una noche eterna.
2
Hay personas que se miran a los ojos y se dicen amor en otros idiomas
Hay personas que se cubren de la lluvia con un paraguas, que se cubren de la indeferencia y sentencian la soledad al  retiro con una sopaipilla
Hay  tantas personas que están con los ojos cerrados y las caras llenas de felicidad porque  se aman.
Ellos día a día escriben  su historia,
Yo debo imaginarla y lidiar día a día para  que se parezca a la realidad
        ¿Que puedo pedir después de darlo todo?
Duele el amor, el verdadero, el que te mata, ese que  te lleva a beber con el diablo, a pactar tu muerte, porque el otro no hará un  gesto de reconciliación con las páginas de un libro olvidado, mala memoria para lo importante
Buena para olvidar.
Dios, Diablo, Universo, yo mismo,
¿Quien debe apagar la luz?
Era otra época en que la luz jugaba conmigo
 
 
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